Amar a Dios

En el artículo anterior tratamos el tema de la soberbia; sin embargo, debido a mi manía por evitar que los artículos sean muy largos, quedó pendiente el cómo combatir la soberbia; y eso es lo que voy a hacer en este artículo.

Es seguramente de los 7 pecados capitales, el más difícil de combatir, especialmente en estados muy avanzados en dicha actitud. Y es que a mayor soberbia, mayor la dificultad de salir de ella; es como acercarse a un agujero negro, cuanto más cerca del horizonte de eventos más difícil es salir del poder de atracción de uno. Pues con la soberbia es exactamente igual, en estados muy poco avanzados, salir de esta actitud no es realmente tan difícil, pero en estados avanzados … es otra historia muy distinta.

Para empezar, lo más importante en todo problema interno, es el reconocerlo. Esto es aplicable no solo a la hora de combatir la soberbia, sino prácticamente cualquier problema de actitud o mental/psicológico; si no eres capaz de reconocer en tu interior que tienes un problema, no hay oportunidad de combatirlo.

Lo mejor que se puede hacer con respecto a la soberbia, es prevenirla, o combatirla cuando todavía está en un estado inicial o leve, ya que en estados muy avanzados es muy poco probable que la persona reconozca tener un problema de soberbia; dedicar tiempo a la introspección, meditación o ejercicios similares que estén orientados a explorar tu mundo interior puede ser óptimo a la hora de conocerte a ti mismo y por ende a detectar cuáles son tus fallas y problemas internos a rectificar.

Para conocerse a uno mismo dedicar tiempo para la introspección es necesario, ya que si no te conoces a ti mismo, si no eres consciente de tus defectos, no vas a poder combatirlos; esto es básico, ya no solo a la hora de combatir este gran problema que es la soberbia, sino cualquier tipo de problema en nuestro interior o en nuestra forma de relacionarnos con los demás.

Otro factor a trabajar muy activamente en el combate contra la soberbia, es esa tendencia a auto-mentirnos, a auto-persuadirnos, (referente a una realidad interior a la que deberíamos prestar atención y corregirla) para no tratar dicho problema. Y la verdad, si somos deshonestos con nosotros mismos, no vamos a avanzar nada en nuestra vida espiritual; ya que no podremos ser realistas con respecto a nuestra propia realidad personal; y esto es imprescindible.

Por muy bien que hagamos una tarea, o por muy habilidosos que seamos en algún área en concreto, hay que ser humildes; hay que recordar que en el mundo siempre va a haber alguien que realice dicha tarea mejor que nosotros o que sea más habilidoso en dicha área, y aunque se diera el caso en el que fuésemos el mejor, seria, por un breve espacio de tiempo, fíjate en los campeones mundiales en cualquier disciplina deportiva, ¿alguno se mantuvo en la cúspide de forma perpetua?.

Lo último que me queda por tratar referente a cómo combatir eficazmente la soberbia, es el tema de la humillación; antes de que toméis conclusiones precipitadas, recordar que un soberbio se sentirá humillado en situaciones y contextos que, en realidad, no tienen nada de humillante o degradante; como por ejemplo el reconocer un error. En cambio, una persona con este problema de actitud sí va a sentir una cierta violencia interior en situaciones semejantes; y de esto hay que tener conciencia.

Si en situaciones como, por ejemplo, que alguien te dé un consejo, busque hacerte ver que has cometido un error, etc., si sientes esa violencia en tu interior, has de saber que no hay nada de malo en rectificar, reconocer un error, aceptar consejo de otros, etc.; no es humillación, sino una oportunidad de crecer.

Este tipo de emociones violentas en el interior ante tales contextos es debido a un ego muy hinchado, es de hecho una de las situaciones en las que puedes tener una oportunidad de reconocer que tienes problemas de soberbia.

No hay nada de malo en rectificar, todos en algún momento cometemos algún error; es irreal pensar que eres tan perfecto que no pueda darse una situación en la que cometas un error; es totalmente irreal pensar que eres tan sublime que no necesitarás consejo alguno.

Concluyendo ya este artículo, decir que si en el combate contra un aspecto de nuestro ser que deseemos corregir encontramos dificultades, la oración realizada con Fe a Dios será un gran acierto y un acto de sabiduría; ya que para Dios no hay nada fuera de su alcance, ni nada imposible y en él podremos encontrar siempre un pilar en el que apoyarnos en nuestra debilidad humana.